El pescado y todos los minerales que lo contienen como el zinc o el fósforo, y de vitamina A, B12 o de ácido fólico, intervienen en la concentración, la memoria y, el aprendizaje.

Las sardinas o anchoas frescas o enlatadas, al ser especies pequeñas, permiten comerlas enteras y tienen una cantidad extra de calcio para tus huesos, igual que un vaso de leche.

Tanto los pescados blancos como los azules protegen la salud de nuestro corazón. Los primeros apenas contienen grasa y la grasa de los azules es muy beneficiosa para la salud cardiovascular.

Sabemos que el consumo regular de pescado refuerza las defensas. Los ácidos omega 3 del pescado son un aliado importante del sistema inmunológico, ya que lo refuerza.